viernes, 22 de abril de 2011

PEDAGOGÍA DE LA TERNURA





La educación del corazón mediante la afectividad






Los cambios tan dinámicos que se producen en la sociedad obligan a desarrollar una educación diferente, una educación con formación espiritual, más sana, una PEDAGOGÍA DEL CARIÑO, una PEDAGOGÍA DEL AMOR, una PEDAGOGÍA DE LA TERNURA, una PEDAGOGÍA DE LOS AFECTOS, en fin, una EDUCACIÓN desde el CORAZÓN, el cual es el despertador del alma.



Por ello es importante que comprendamos y reconozcamos a partir de un autoanálisis crítico que, la primera huella que la escuela, la televisión, la familia y la sociedad en general, imprimen en el alma del niño es importante, ésta debe tener como base el amor, aquél que le permita explorar en sus capacidades humanas y así desarrollarse como un ser humano productivo a la sociedad, pero sobretodo más humano y sensible con su entorno.

Cuando el estudiante muestra un comportamiento negativo, la escuela responsabiliza a la familia con tales conductas y viceversa, o sea, cuando el hijo actúa mal en la casa, los padres de familia aseguran que la escuela no está jugando el papel que debe jugar.



Así pues, el docente de hoy, debe ser emprendedor, tratar de no perder nunca el buen humor, actuar con jocosidad y dominar las técnicas del trabajo en grupo, convertirse en un integrante más del grupo y sus relaciones con los estudiantes deben ser cordiales y amistosas. En este sentido es básico que se produzcan relaciones interpersonales profundamente fraternales y tiernas que despierten sentimientos de trabajo solidario, curiosidad por el conocimiento, interés en el estudio y la investigación.






DEBEMOS SER DOCENTES CARIÑOSOS,
TIERNOS, AFECTIVOS, AMABLES,
AMOROSOS CON NUESTROS ESTUDIANTES
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